viernes, 6 de marzo de 2015

Alcohol

Alcohol

Al principio le leía poemas míos, inclusive antes de que fuéramos algo. Le leía cosas que a nadie le leía, rosas, vida, solecitos, todos los multiversos que un hombre enamorado puede concebir. Al pasar el tiempo mis poemas se volvían mierda mientras ella se alejaba con un tipo barbudo. Yo solo pensaba en ella mientras me metía en mi caparazón de cangrejo; veía esas ricas nalgas y después me acordaba que era otro quien las lamía. Jodido, muy jodido. Después el tiempo pasó y mi sentimiento se evaporó, su culo se gastó y yo me enfríe.

Volví a buscar mi vida entre bares, entre idas y venidas, pero mis riñones me empezaron a matar. Fui a ver al doc:

—Debe cuidarse, no tomar más.

—Doc, es mejor beberse el mundo.

— Piense en el futuro—me dijo.

—¿Cuál futuro?

—Si sigues te mueres.

—Todos morimos doc, todos morimos. Mire usted a Dios, que no ha dado muestras de vida después de que se terminó de escribir la biblia. Yo me lo imaginó volviéndose humano, y tratando de amar, volviéndose drogadicto, y alcohólico.

—Debe cuidarse.

Ahora escribo para que no se borre todo lo que tengo en la cabeza, o algo de lo que tengo. Mi memoria va desapareciendo al mismo tiempo que lo hace la cerveza de la botella. La mayoría de la gente dice que es un tema de alcoholismo, pero yo digo que es un tema de amnesia programada, un escape progresivo hacía otra realidad.

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