sábado, 12 de septiembre de 2015

Discusión

Discusión

Ella no me quiere dar la luna, dice que le pertenece. Yo le lamo la cara, le hago ojitos de recién nacido, le doy abrazos y hasta la mimo con el cariño que puede tener un hombre roto; pero ella sigue sin darme la luna. Después de mucho intentar finalmente desisto, la tomo en mis brazos y sigo consintiéndola. Dentro de mi cabeza me digo: "total, ¿para qué la luna si estoy abrazando al universo?".

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