jueves, 21 de julio de 2011

Olvido


En aquella Hada azul pose mi sombra. En su espalda arremetí con mis dedos. De sus labios se desprende un sabor cereza intenso. En su vientre se dibuja el ocaso a los sentidos. Dime Amiga mía, ¿qué hacer con la enfermedad azul?. Dime, ¿qué hacer con mis ansias de universo? ¿Dónde puedo ser más que un aspavientos sino es en tu infierno?

Cual hada de la corte oscura fue destrozando mi tierna cordura y entregando un sentimiento de amor violento en mí ser. Cual bello respiro fue enlazándose a mis pulmones. Cual exquisita amante fue agitando sus piernas alrededor de mi espalda.

Dime Amiga mía, ¿cómo matar el suspiro prologando de su ausencia?, ¿cómo sofocar el hambre de huesos que mi cuerpo desea?

Ahora bien, lo único que queda en este instante y en este lugar es seguir consumido por el silencio hasta poder satisfacer mis ruegos con una sonrisa suya. Esperar el sol hecho cuerpo y la sacerdotisa de la no creencia hecha materia. Y mientras las horas se consumen azuzando la angustia, el desespero se va volviendo esperanza y mi alma extraña con paciencia su llegada.

Ayúdame amiga mía, no deseo perderme en su piel, dulce trampa de titanes.

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