lunes, 8 de septiembre de 2014

Declaracion de amor a la Mujer-Camaleon (VII)

Declaración de amor a la Mujer-Camaleón (VII)

La veo tocar una sonata de Beethoven con una tranquilidad y frialdad que me apasionan. Al terminar, ve mi cara de sorpresa y dice con la misma tranquilidad con la cual estaba interpretando: "Normal, ¿no?". Me quedo mudo y después de tres segundos le sonrío y la abrazo.

Ella se me acerca al oído mientras estamos caminando y me dice: "me encanta que leas libros raros" y yo sonrío por el seudónimo a los clásicos. Se abraza y después, como si fuera algo impropio y arrebatado, se aleja. Empieza a hablar del día, de sus ideas y de repente, se queda muda. La miro, y veo alegría en su rostro al contemplar la luz de una lampara que ilumina un vestido en una vitrina; ella mira la luz como si aquella fuera única, efímera, hecha para ese instante. Vuelve en sí y su rostro se sonroja mientras me mira, me pide disculpas y yo sonrío. Me encanta ver como sus ojos grises se llenan de vida cuando se distrae, como su cara refleja la felicidad de una niña curiosa por ese momento; la dejo ser y ella me deja ser.

Y despierto...

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