domingo, 5 de abril de 2015

Domingo

Domingo

Dicen que si te masturbas con fuerza, te lo arrancarás. Y uno lo piensa y encuentra en la cabeza ese instinto tan asceta de uno el de terminar siendo igual de castrado como Dios. Respiras y salen balas a cada rato de tu garganta, tu mirada se pierde contando las gotas que contiene el vaso lleno de tequila, un vaso grande, de cocina, ya no te importa tomar de manera moderada. Todo grita en la cabeza, como si con cada impulso neuronal se creara un manifiesto. ¿Quieres crear tu manifiesto? debe quedar claro que tu manera de hacer las cosas es la que importa, que todo está jodido y que tú vas a resolverlo. Eres el héroe que no se va a arrancar el pene por nada, sino por la humanidad. Ponle un motivo a todo movimiento, como el de respirar, y ahora crea unos diez puntos para que todos lo hagan a tu modo.

Hazlo, grita la voz en tu cabeza. Ella ya no está para impedírtelo, ni nadie que se te acerque. Podrías estallar la granada que tienes escondida en tu cama, la que compraste "en caso de". Es simple jalar la varilla y hacer explotar todo. Que arda Roma, junto con sus cimientos. Es tan difícil de digerir carne sin perder un poco de humanidad, destrozar para crear un mundo. La granada te mira como lo hace tu pene, expectativos a una caricia, a un abrazo, a una destrucción. ¿Quieres algo más? Para agarrar lo que deseas hay que soltar todo lo que tienes, hasta tu pene y tu granada y tu juguete que parece un pato de bañera pero que en realidad guarda los lápices. Suéltalo todo, absolutamente todo, hasta que te quedes vació de tanta mierda, y solo lleno con la letra vacío en tu cabeza. No permitas que nada te llene sino que déjalo ir entre manifiestos suicidas. El horror a quedarte acompañado. Un raspa-y-gana que te llevará al éxito de la reencarnación. La destrucción espera. Dios está muerto, igual que todo lo que existe nace para morir. Dios está muerto y está dentro de ti y estás pudriéndote desde hace más de dos milenios. La muerte te espera y solo el contemplar en tu cabeza el disparo que te vas a dar a los cincuenta es lo que te hace estar vivo todavía... hasta que la hora llegue y puedas arrancarte el pene a masturbadas.

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