sábado, 17 de octubre de 2015

Sirenas Negras

Sirenas Negras

Que las sirenas se queden calladas.
Quiero escuchar a los borrachos,
y sobar sus cabezas
sobre la luna llena.

Decirles que todo pasa
que nada es tan cierto
como tu sonrisa de desierto,
la que lanzas al tiempo
mientras estás muerta
y yo sonrío
con tanta ternura
como la muerte
puede coquetear
con la triste arena.

Quédate callada.
Déjame escuchar a los ebrios
que sonríen a la luna amarilla
y reclaman por tu tiempo muerto
que todo es tan puro
Como tu piel, de mujer salamandra.
Que por las mañanas no voy a ser unicornio
sino estela de primavera
y por la tarde no voy a ser sol
sino sonrisas de pequeñas estrellas
hasta que tu cuerpo
sea de piedra
y de hiedra
tan perfecta
como tela.

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