Desvarios (XIV)
1:11 a.m. los peces siguen hundiéndose en el mar y la luna menguante aclara todas las dudas. Nunca lograste hacer clic con sus tatuajes y cuando ella se perdió, te entró una sensación tan incomoda, que deseaste estar tres metros bajo tierra. Sonreíste hasta que tus dientes se volvieron polvo y juraste seguir riendo hasta el final de los tiempos. Ella sigue perdida y descubriste que no existían mariposas en tu estómago, tan solo peces que se siguen hundiendo en tus entrañas.
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