Toxina (I)
Uno ve a alguien y de pronto todo empieza a cobrar sentido, y se siente estúpida el alma y se deja de creer que todo es una mierda y parece que es mejor romperse un rato y se vuelve el sonido claro y diablos, todo es tan claro como sus ojos y hasta se le escapan mil suspiros por alguien que no ha dicho ni un hola, y allí está uno, pretendiendo no pensar en el bochornoso acto de repensarse en otro, y así, melodramático como siempre se imagina que la tierra se acabe inmediatamente y lo desea con el alma antes de terminar uno demasiado roto por qué puede ser que nunca diga hola o llegue a la misma conclusión de que no hay piso y estamos flotando en una espiral de vidas incontinuas que revuelven todo tiempo hasta volverse un buda pequeño... ¿Pero quién coños es capaz de volverse un buda con esa mirada de flores en los hombros y dientes en su pelo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario