martes, 21 de diciembre de 2010

Desvarios (II)

Desvaríos (II)

En el medio de la noche, escucho los leves latidos de mi corazón, mi alma vaga entre las sombras aledañas al silencio y encuentra refugio en la soledad amarga, tiñendo las neuronas de un color púrpura e incitando al espectro moribundo a no soñar, sino solo a destrozar.

Estoy derrumbando, dolido y destructivo. Carnicero, cortante, caníbal y cínico. Basto, bestial, banal y bífido. Anacrónico, aturdido y ateo. Doy vueltas cíclicas en mi cabeza llena de formol. Destilo mi alma gota a gota, dejo mi cuerpo vacío en un marchito cascaron sonriendo a la muerte venidera. Acorto el tiempo de vida y desafió a la razón. Mientras observo al horizonte lo que esta sucediendo.

Atenea se burla de mi guerra, convoca la serpiente entre las sombras para que acabe con mi existencia. Sale de su celda y sonríe con aires de victoria, mientras el carcelero se encuentra agonizando. La sangre de este va corriendo en el suelo y llega a tocar la punta de los pies de ella. Un poco de sazón para alegrar el principio del día replica Atenea.

Mientras en mi cabeza suceden estas imágenes, unas letras se alzan en mi pensamiento y se muestran:

Tengo poco para perder y mucho para aprender...

No hay comentarios:

Publicar un comentario