domingo, 22 de marzo de 2015

Texto de Confesión: Treinta

Texto de Confesión: Treinta

Mañana cumplo años ante la ley; ante mi cuerpo los cumplí el 13 de marzo a las cinco y treinta y cinco, mientras iba camino a casa, y miraba por la ventana del bus a una mujer que conducía una moto y me sonrió, con esa clase de sonrisas que solo los extraños conocemos. Mañana cumplo treinta años y no tengo un pregrado, ni un carro, ni una casa, ni una cama, porque en la que hoy voy a dormir es alquilada. Posiblemente saldré a la calle a mirar a la gente, a pasar el día conmigo, como lo llevo haciendo desde el viernes en la noche, ausente de todos porque la misantropía me está matando. Podría ir a que me celebre un cumpleaños algunos empleados de un restaurante, pero considero que no merezco alguna miseria en mi vida, que lo que deseo es a una mujer-cosmos o a alguna chica-escorpión, pero los monstruos me han abandonado hasta que cumpla treinta y cinco, y demuestre ser el chico valiente que tiene casa, carro, y una maestría en literatura o dramaturgia. Me voy volviendo viejo, y no me vuelvo de buena estepa, y se me acercan cada vez más las mujeres que están rotas con ganas de que yo las cure, pero yo no soy el héroe, sino solo un cobarde que va a cumplir treinta años, y mando todo a la mierda, mientras sigue en mi cabeza la pregunta de qué pensará un suicida una hora antes de morirse. Mañana el día podrá estar nublado, con 12 grados, y quizá sea contemplado por miles de seres que se aman mientras yo los amo a todos...

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